¿No te podés alegrar un poco por nosotras?

El miércoles me enteré que Tess Holliday, una modelo Plus Size de Estados Unidos, fue tapa de Cosmopolitan UK. Cuando vi la foto de la portada en mi feed de Instagram, inmediatamente me largué a llorar. Estaba en la oficina trabajando, eran como las 11 de la mañana y a mi me caían lágrimas. Las dos chicas que se sientan en frente mío estaban con auriculares y en el medio de una llamada con el cliente, así que no podía hacer mucho lio. Siempre pienso que no voy a ir a llorar al baño porque me parece más notorio que si me quedó ahí. Nadie se dio cuenta, pero yo estaba gritando bien fuerte por dentro. Me hubiese encantado tener a alguien con quién festejar ahí mismo, abrazarnos y decirnos que todo está un poco mejor, pero no. Así que etiqueté a Brenda y a Cami en la foto y me respondieron al toque. Festejamos juntas a través de las redes sociales. 
Creo que por un ratito me quedé sin aire. No lo podía creer, de hecho aún me cuesta creerlo. 
¿Saben lo que es ver que hay un cuerpo igual al tuyo en la tapa de la revista de mujeres más vendida a nivel mundial? ¿Saben lo que esperé esta tapa? ¿Saben cuántas veces sentí que mi cuerpo estaba mal porque no se parecía a los de la gente que estaba alrededor mío?
Vi cómo muchas mujeres en mi Instagram estaban compartiendo esta imagen en sus stories, y me sentí muy acompañada. Si bien en nuestro país Srita. Bimbo fue tapa de la versión local de Bazaar, Adele fue tapa de Vogue y varias veces Ashley Graham también, aún no había pasado que a nivel mundial una modelo gorda ocupe la tapa de Cosmopolitan ¡en malla!. 
Hace unos meses compré el libro de Tess y me hace sentir muy orgullosa que esté pasando esto. Sobre todo sabiendo que es una persona que sufrió muchísimo durante su vida (recomiendo mucho la lectura). Es una de las mujeres que más me inspiran a aceptarme y quererme como soy, con este cuerpo gordo. Si bien sólo charlamos algunas veces vía email para concretar una entrevista que al final no sucedió, me sentí muy acompaña por ella y por su organización Eff Your Beauty Standards en mi proceso de autoaceptación. Me parece espectacular el hecho de que no sólo esté dedicando su vida a hacer algo que nadie hizo antes (mostrar su cuerpo gordo y convertirlo en una profesión), sino que también milita al respecto. Hoy Tess es el ícono de muchas mujeres alrededor del mundo. Es el ejemplo de éxito que necesitamos todas para saber que sí podemos lograr lo que queremos sin tener un cuerpo hegemónico. 
Además de toda la positividad alrededor de esta noticia, de la victoria de haber llegado a la tapa de una de las revistas más leídas por mujeres en el mundo, hay todo un costado lleno de odio y cyberbullying. Pero no me voy a detener en analizar tweets o comentarios de personas que no conozco sino que me voy a enfocar en contarles algo que le pasó a mi amiga Flor, una ilustradora talentosísima. 
Después de que se enteró de esta noticia, compartió la publicación de la tapa de Tess en sus stories y empezó a recibir mensajes de odio hacia Tess y hacia ella, de que no podía compartir eso porque estaba promoviendo la “obesidad”, un estilo de vida insalubre, un cuerpo que no está permitido tener. Dicho esto, compartió una story diciendo que cada uno puede pensar lo que quiera, y también hizo un collage que subió a su feed de Instagram y Facebook y ahí se desató el debate total. Al margen de todas las personas que aún no pudieron deconstruirse acerca del modelo médico hegemónico que son la mayoría y es una discusión a la que se llega a menudo (similar al ¿cuándo empieza la vida? en las discusiones sobre el aborto), hay muchas mujeres que respondieron a su inbox con bronca sobre el posteo. El collage en cuestión tiene una imagen de una mujer con un cuerpo no hegemónico que Flor eligió porque se parece al suyo, punto. Lo acompañó con un texto que ilustra cómo se sintió cuando la empezaron a cuestionar por compartir la tapa de Tess, por cómo la cuestionaron por compartir un cuerpo gordo, que no coincide con los cánones de belleza actuales.
                                         
Algunos highlights sobre los comentarios de este posteo son las personas que todavía creen que la “obesidad” y el “sobrepeso” son enfermedades. Ok, a ver sí, la OMS dice que lo son, pero también es la misma que dijo que la homosexualidad y la transexualidad eran enfermedades. La obesidad y el sobrepeso son dos términos que se basan en el IMC (índice de masa corporal) que básicamente es una tabla donde hay por altura un peso apropiado para ese cuerpo. Claro que es un garrón porque si pasas ese peso empezás a ser parte de una escala que pasa por sobrepeso, para luego pasar a tres niveles de obesidad hasta llegar a la obesidad mórbida. El tema acá es que nadie se murió por tener sobrepeso y obesidad. La gente se muere de enfermedades reales, como colesterol, diabetes o un paro cardíaco, entre otras. Claro que la gordura no provoca ninguna enfermedad, sino ¿cómo justificamos que los cuerpos flacos también contraigan enfermedades? (esto no lo digo yo, está basado en investigaciones que leí en Fat is a Feminist Issue de Susie Orbach). Además de todo esto, a nadie debería importarle qué enfermedades tenemos o dejamos de tener. Es nuestro cuerpo, la gordura no es contagiosa (porque no es una enfermedad) y no es un problema de otra persona más que del que la tiene. Y tampoco nadie está promoviendo la gordura, ni es la gordura un estilo de vida insalubre. Basta, dejemos de estigmatizar cuerpos. 
La mayoría de los comentarios violentos que recibió Flor, fueron de mujeres que la acusaron de no ser gorda, de que ella tenía que revisar sus privilegios al momento de publicar, que probablemente ella sí entraba en el asiento de un avión, que encontraba ropa para su cuerpo, y que entonces no era gorda por eso. Claro que cuando charlamos sobre esto me volví loca: 
¿qué hacemos cuestionando el cuerpo de los demás? O sea, ¿ya no nos basta con que cuestionen nuestros cuerpos gordos, que entonces nosotras las gordas vamos a ir a cuestionar a otras gordas que son menos gordas que nosotras?
 Me parece una locura y un trabalenguas sin fin, obvio. Nos reímos un rato sobre algunos comentarios porque, justamente, Flor no es una persona que comparta fotos suyas todo el tiempo, o que encuentre ropa con facilidad. Entonces, ¿además de lxs flacxs que nos persiguen, también tenemos que justificarnos contra gordxs que son gordofóbicos? Qué complicado se volvió todo al final. ¿Por qué jugamos el juego de “a ver quién sufre más” y no apuntamos realmente al enemigo común que tenemos? ¿Por qué tenemos que estar mirando quién es más activista que otrx? ¿Acaso no nos alcanza con la estigmatización que vivimos, que también tenemos que señalar a los demás?
Parece fácil ser feminista hoy en día pero la realidad es que 
no existe el feminismo sin los cuerpos disidentes
Y esto me parece clave porque parece que todo el mundo milita el feminismo y estamos unidas por el mismo fin, pero ojo, si tu cuerpo no es hegemónico, entrás en una categoría distinta. Ser gorda y alzar la bandera del #BodyPositive, defender la diversidad corporal en todas sus expresiones hace que nos cuestionen nuestras decisiones. Ser gorda y disfrutarlo, no es tarea fácil. Trabajar en la industria de la moda sin morirte de hambre y teniendo el cuerpo que tenés, es complicadísimo y ahora que estamos entrando ahí, tenemos que lidiar con el odio que eso está generando.
Gracias a Tess Holliday, a Ashley Graham, a Christian Siriano, a Ashley Nell Tipton, a mi amiga Brenda Mato, entre muchas personas más que probablemente me estoy perdiendo, que hicieron posible que otros cuerpos fueran protagonistas de la publicidad, de la moda, del diseño, de la hegemonía de la belleza. Representan a los que se corrieron del discurso impuesto hace décadas y son la voz de un montón de mujeres que no se animan ni a usar malla para no mostrar su celulitis, sus estrías y su cuerpo gordo. Son los que dijeron basta, estos cuerpos existen, no los ignoraron y buscaron a las modelos que los representan.
Me gustaría por un ratito que dejáramos de cuestionarnos tanto entre nosotras y seamos un poco más sororas. Claro que si sos flaca está todo más que bien y probablemente sufras por la forma de tu cuerpo también y necesitamos tu apoyo. Pero lo que realmente me revienta como mujer con un cuerpo disidente es, ¿por qué no podemos alegrarnos cuando una vez le ganamos un poquito al sistema? ¿Será que siempre va a primar la individualidad antes que el todo? Ojalá que no, compañeras, ojalá que no.

Comentarios

  1. La opinología, la posverdad, la apatía son las enfermedades que terminan siendo contagiosas a quien no se detiene a pensar en la otra persona. Me pone contento que se esté cambiando de a poco el eje de todo lo que está mal, con paciencia, amor y determinación, el camino que queda es de victoria :)

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